12.2.21

Dos monstruos que conversan

Cuando terminé de leer estas cartas sentí mucha pena, porque quise más; me refiero a las que se cruzaron Thomas Mann y Theodor Adorno en poco más de una década. Mann, mientras escribía Doktor Faustus (ese monumento), leyó un artículo de Adorno sobre Schoenberg y dijo, "este es mi hombre" (o fue lo que escribió en su diario), pues lo necesitaba para que lo ayudara a perfilar la personalidad y la obra del protagonista de la novela, Adrian Leverkühn, el músico. A partir de allí desarrollaron una amistad epistolar entrañable y poderosa. Leer sus cartas es como entrometerse en la conversación de dos monstruos del pensamiento, como presenciar cómo nacen las montañas de la razón humana. Es un libro para el que quiera aprender, porque es como hacer un máster en sabiduría con dos profesores de excepción. Qué pena que se acaba tan pronto. Además la edición viene con montones de notas que aclaran muchos detalles y que enriquecen la lectura. Yo he subrayado muchos pasajes; me he entretenido enterándome de las peleas de Mann con Schoenberg, he compartido la sensación de exilio que arrastra Adorno, y he vuelto a subrayar líneas, frases, he buscado datos, me he guardado fragmentos para mí, porque me provocan las ganas de escribir. En fin, que me la he pasado en grande leyendo el libro, a pesar de que es breve, de que lo he leído con celosa lentitud -no me quería perder nada- y de que salto de un libro a otro sin ton ni son. Qué bueno toparse con libros así, luminosos, iluminadores. Les dejo esta frase de Mann, del 52, tan cerca del final de su vida:
Pero, ¿es imaginable el comunismo sin tiranía?
No sé a ustedes, pero a mí esta frase me parece aguda como una sarisa; ¡si el pobre Mann levantara la cabeza!

Correspondencia. 1943-1955
Thomas Mann y Theodor W. Adorno
Edición a cargo de Christoph Gödde y Thomas Sprecher con la participación del Archivo Theodor W. Adorno Traducción de Nicolás Gelormini.
Fondo de Cultura Económica, 2006
184p.|ISBN:9505576420|15 euros|

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